Todo lo que Manolo Jiménez ha aprendido en el fútbol se lo debe al
Sevilla. Por algo pasó 14 temporadas como jugador de la primera
plantilla, siete y media como técnico de su filial y casi tres como
entrenador del primer equipo. Durante ese tiempo, y desde diferentes
puestos, el andaluz conoció perfectamente el funcionamiento de un club
que ahora mismo podría ser el modelo a seguir por el Zaragoza.
El Sevilla es uno de los clubes mejor organizados, que cuenta con una
gran estructura, donde cada persona que trabaja tiene muy bien definida
su labor. En la secretaría técnica, con Monchi a la cabeza, trabajan
casi 20 técnicos que conocen al dedillo el mercado de todas las
categorías del fútbol nacional, así como el internacional. No es
casualidad que hayan descubierto talentos como Dani Alves o Perotti.
Una de las condiciones que Jiménez puso para continuar en el cuadro
aragonés fue la reestructuración que debía sufrir este verano la entidad
maña. Y es que durante los poco más de cuatro meses en los que ha
estado dirigiendo al Zaragoza, el técnico se dio cuenta de que muchas
estructuras del club no funcionaban como él estaba acostumbrado. Así se
lo comunicó a Agapito Iglesias y ahora el andaluz será el máximo
responsable deportivo.
A Jiménez le gusta trabajar en equipo y se rodeará de profesionales
que rastreen el mercado y que se hagan miles de kilómetros viendo
jugadores. También quiere que la cantera del Zaragoza vuelva a tener más
protagonismo y se les den más oportunidades a los chavales que vienen
de abajo. Lo que no desea es que se repita lo de la última temporada,
donde los tres jugadores que entrenaban diariamente con el primer equipo
luego no jugaban en el filial. El problema estaba en que fue diseñado
para mantenerse en Segunda B, olvidándose de nutrir a la primera
plantilla.
A Agapito le queda mucho trabajo por delante y en los próximos días
nombrará a un director general, un director deportivo y una comisión
deportiva.
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